Alternancia Revista de Educación e Investigación

Vol. 3. No. 5 | Julio - diciembre 2021 | Páginas 105 - 113

ISSN: 2710 - 0936 | ISSN-L: 2710 - 0936

Desarrollo de la inteligencia emocional y creativa en la educación

 

Development of emotional and creative intelligence in education

 

 

 

Yumary Machado Pérez

yumary_85@hotmail.com

https://orcid.org/0000-0002-3151-3226

Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Caracas, Venezuela

 

 

 

Recibido: 30 de mayo de 2021 / Arbitrado: 5 de junio 2021 / Aceptado: 1 de julio 2021 / Publicado en julio 2021

 

 

RESUMEN

La presente investigación tuvo por finalidad sistematizar el desarrollo de la inteligencia emocional y creativa desde la visión reflexiva de la autora. Para lo cual se realizó una investigación documental, a fin de recolectar la información se empleó la técnica de fichado y el procedimiento seguido fue arqueo de fuentes, fichaje y análisis de la información seleccionada. En esta investigación se expone una visión general acerca de la importancia del desarrollo de inteligencia emocional e inteligencia creativa en la educación tomando como referencia a los siguientes autores Goleman (1995), Buzan (2003), Csikszentmihalyi (2009) y Bisquerra (2005) entre otros, de diversas fuentes. Dentro de las conclusiones, se destaca la importancia de la inteligencia emocional y creativa en el campo educativo. Asimismo, se resalta la importancia de formar primero al profesorado en cualquiera que sea su especialidad y nivel en competencias propias de estas inteligencias, de modo que puedan enseñarlas a sus estudiantes a través de diversas estrategias y contenidos.

 

Palabras clave: Inteligencia emocional; inteligencia creativa; educación; emocionalidad; creatividad

 

 

 

ABSTRACT

The purpose of this research was to systematize the development of emotional and creative intelligence from the author’s reflective vision. For which a documentary investigation was carried out, in order to collect the information the recording technique was used and the procedure followed was archiving of sources, recording and analysis of the selected information. This research presents a general vision about the importance of the development of emotional intelligence and creative intelligence in education, taking   as reference the following authors Goleman (1995), Buzan (2003), Csikszentmihalyi (2009) and Bisquerra (2005) between others, from various sources. Among the conclusions, the importance of emotional and creative intelligence in the educational field is highlighted. Likewise, the importance of first training teachers in whatever their specialty and level in competencies of these intelligences is highlighted, so that they can teach them to their  students through various strategies and contents.

 

Keywords: Emotional intelligence; creative intelligence; education; emotionality; creativity


 

 


INTRODUCCIÓN

La educación es un proceso que atraviesa gran parte de la vida de todo ser humano, en      el que debería de adquirir competencias tanto académicas como personales que le permitan incorporarse de forma efectiva a la sociedad y    al campo laboral en cualquiera que sea el área    o contexto que decida desempeñase.  Por  lo que sin importar el área de conocimiento y el nivel académico los contenidos programáticos deberían ser impartidos de tal manera que no solo potencie lo académico en los estudiantes sino que además permita el desarrollo y optimización de capacidades personales. En torno a lo planteado anteriormente Barrios(2008) señala que la educación es una actividad inseparable al desarrollo del ser humano, sucede a lolargode su vida a través de múltiples experiencias y en una gran cantidad de momentos. Como tal, le permite  desarrollar  sus  potencialidades,  cultivar sus capacidades, formar y hacer uso moral de su libre  albedrío,  ejecutar  proyectos  personales  de vida y así, ampliar sus opciones para transformar su entorno, organizarse, participar y poder construir relaciones personales armónicas. Por tal motivo, el papel de la educación no puede  limitarse  a  la  transmisión  conocimientos teóricos. Su función debe orientar a posibilitar que el ser humano no solamente tenga el derecho a la formación escolarizada, sino a vivir en un entorno que proporcione medios educativos que faciliten el acceso al conocimiento a través del despliegue de las capacidades personales útiles para la vida y para su desarrollo profesional en cualquier área. La     educación requiere reflexionar constantemente sobre las prácticas pedagógicas, no  es  suficiente  con  pensar,  escribir,  exponer, evaluar, analizar, criticar e investigar y comprender los  fenómenos  sociales  que  suceden  dentro  del aula, la enseñanza es mucho más compleja que eso. En la actualidad, asumir el rol del docente en la clase es vivenciar la relación de lo educativo y la conducta de los estudiantes de cada grupo, en donde aspectos como la emociones, la comunicación, la interacción, la creatividad  de los estudiantes y el docente permitan generar espacios de aprendizajes significativos. Esto conlleva, según Flores (2004) que el campo de  acción  pedagógica  no  sólo  se  circunscriba  a la  adecuación  de  los  saberes,  a  los  contenidos curriculares,  a  los  métodos  de  enseñanza,  al clima propicio para el aprendizaje efectivo y a los recursos didácticos; al incremento del rendimiento académico, al mejoramiento de la infraestructura, a la dotación, a los laboratorios, a las bibliotecas, sino también, a la incorporación de innovaciones pedagógicas en el contexto educativo, al estímulo permanente  de  la  imaginación  con  el  empleo de  formas  no  convencionales  de  pensamiento, del  manejo  de  la  corporalidad,  la  lingüística, la  emocionalidad  y  creatividad.  De  tal  manera que la educación no solo este enmarcada en el desarrollo  de  contenidos  pedagógicos,  sino  que abarque la formación en inteligencia emocional y creativa que propicie en el estudiante el desarrollo de  competencias  propias  de  estas  inteligencias que son indispensables para la vida, tales como regulación emocional, flexibilidad, espontaneidad, empatía    habilidades   para   la   formación   de relaciones personales armónicas y asertivas. Por lo anterior, la inteligencia emocional y creativa, son constructos que comienzan a tener relevancia en el campo educativo, ya que por décadas han sido replegados a ámbitos laborales y sociales, mientras que la educación le daba más importancia a lo cognitivo, asociando la inteligencia   con   la   capacidad   para   razonar o aplicar conceptos. En este sentido, en este artículo se sistematiza el desarrollo la inteligencia emocional y creativa desde la visión reflexiva de la autora, para ello se presenta la importancia del tema planteado, seguido de una aproximación a la vinculación entre las inteligencias propuestas y se sistematiza lo que se está haciendo en algunas regiones en torno a estos temas en el ámbito educativo. Todo esto con la intensión de determinar el estado de conocimiento de estos constructos en el ámbito educativo en la actualidad.

 

METODO

Este   artículo   representa   el   resultado   de un  trabajo  de  carácter  documental,  entendido según la UPEL (2010) como aquella investigación referida al “estudio de problemas con el propósito de ampliar y profundizar el conocimiento de su naturaleza, con apoyo, principalmente, en trabajos previos, información y datos divulgados por medios impresos, audiovisuales o electrónicos” (p.20).

Para  la  recolección  de  se  trabajó  con  la técnica  de  fichado  de  información  bibliográfica y electrónica entendiendo esta técnica según lo planteado por García (1998) como la metodología de  revisión  de  fuentes  de  diversos  tipos,  las cuales  fueron  procesadas  e  interpretadas  por la  investigadora,  para  esto  se  contrastaron  los postulados de diversos autores. El procedimiento seguido  para  esta  investigación  fue  el  arqueo de  fuentes,  fichaje  y  análisis  de  la  información seleccionada.

Esta  revisión  estuvo  orientada  al  análisis, reflexión    sistematización   del   estado   actual del  conocimiento  relativo  a  los  estudios  sobre inteligencia emocional y creativa en la educación. Para ello y siguiendo el método hermenéutico, el cual  según  Dilthey  (1900)  permite  comprender e  interpretar  toda  acción  humana  a  través  del tiempo, sus diferentes partes y significados en un modo natural de entender el comportamiento de un  grupo  determinado,   se  realizó  una  revisión de  diferentes  teorías    sobre  estas  temáticas  y las políticas de algunas instituciones en torno a estos temas, con la intención de conocer lo que se demanda en la actualidad en diversas regiones en torno a estas dos inteligencias.


RESULTADOS

En cuanto a la inteligencia emocional y creativa específicamente, algunos autores señalan la importancia de incluir contenidos programáticos sobre estas inteligencias en el sistema educativo. Al respecto Bisquerra (2020) menciona la importancia  de  la  educación  emocional   hoy en día, exponiendo lo vital de fomentar el desarrollo en el profesorado y en los estudiantes de competencias relacionadas con “la conciencia emocional, regulación emocional, autogestión, inteligencia interpersonal, habilidades de vida y bienestar” (p.1). Este autor asume la educación emocional como una innovación que da respuesta a las necesidades sociales no atendidas en los contenidos académicos tradicionales. En esta misma línea, Goleman (1996) define la inteligencia emocional como la capacidad de cada persona de reconocer sus propias emociones y la de los demás, combinado con la habilidad  de autormotivarse y de manejar adecuada y asertivamente las relaciones interpersonales.

En  relación  a  la  inteligencia  creativa,  Pérez (1995) señala que la única manera de enseñar a los  estudiantes  a  ser  creativos  es  ofreciendo  el espacio  y  propiciando  situaciones  en  las  que  el estudiante aflore su creatividad sin discriminación de ningún tipo. Entendiendo la creatividad según lo planteado por Gardner (1993) como la capacidad de cada persona de hacer algo que es nuevo y que es aceptado por los demás como una novedad.

En cuanto a esto, Galvis (2006) afirma que los contenidos de cualquier área curricular pueden ser impartidos de forma creativa, ya que la creatividad es el modo que se aborda el proceso de enseñanza- aprendizaje de cada uno de los contenidos y no el contenido en sí mismo. Asumiendo la creatividad como un proceso que incorpora la generación de nuevas ideas a partiendo de ideas o información previa.



Por su parte Goleman (1996) señala en torno al desarrollo de  competencias  emocionales,  que países como China, Alemania, Holanda, Australia, Francia, Tailandia y Estados Unidos, han presentado la misma problemática en cuanto a la espiral descendentes de las competencias emocionales, sin importan la clase social, etnia    y raza. Razón por la cual, el autor propone la alfabetización de las emociones o escolarización de la emociones, porque considera que la problemática del manejo inadecuado de las emociones es universal, una consecuencia de la modernidad y el resultado de la incapacidad de  la familia como institución de enseñar a niños y jóvenes a conocer y gestionar sus emociones, lo que obliga a que las instituciones educativas se hagan cargo de la situación, en pro de minimizar las problemáticas como la agresividad, depresión, adicciones, trastornos alimenticios, entre otros.

Lo que implica saber identificar, comprender, controlar y expresar nuestras emociones de manera asertiva. Para esto, el autor considera que se debe enseñar en las instituciones educativas: qué son las emociones, para qué nos sirven y cómo se expresa cada una, en nosotros y en los demás, lo que demanda un reto en el sistema educativo de cualquier nación. Porque antes de enseñar a los estudiantes como gestionar sus emociones hay que alfabetizar a los docentes en todos los niveles del sistema educativo, con especial atención en las instituciones formadores del profesorado.

En el caso de la inteligencia creativa, Buzan (2003) aunque no plantea una alfabetización de la inteligencia creativa desde el punto de vista académico como lo hace Goleman con  la alfabetización de las emociones, sí propone una serie de estrategias y herramientas para ser aprendidas de forma autodidacta, que le permitan al lector ir ejercitando y optimizando sus procesos creativos. Estas estrategias pasan por la misma línea de Goleman de identificar, comprender, controlar y expresar asertivamente nuestras ideas, sin el temor a la crítica o al fracaso.

En este mismo orden de ideas, Delgado (2012) afirma, que es imprescindible, formar docentes capaces de enfrentar los desafíos de la actualidad, ya que los profesionales de la educación deben caracterizarse por ser innovadores y planificar propuestas educativas integradoras, reflexivas, autónomas y creativas a la par de los cambios educativos y de la sociedad, por lo que el autor sugiere que la formación docente desde los primeros semestres debe propiciar un desempeño profesional  independiente  y   creativo,   para que pueda dar respuesta a las necesidades de los estudiantes a su cargo, los cuales cada vez tienen requerimientos sociales más exigentes y complejos.

En torno a la vinculación entre inteligencia emocional creatividad, Caldera y otros (2018) señalan que la creatividad y las competencias emocionales son los  pilares  fundamentales para trabajar  en  las  aulas  en  la  actualidad.  En consecuencia, la formación docente, las herramientas y aplicaciones metodológicas deben estar orientadas a la generación de conocimiento y competencias en torno a estas inteligencias.

Al respecto Belmonte (2013) plantea algunos aspectos    vinculantes    entre    la    inteligencia emocional y la creatividad y su influencia en el rendimiento académico en los estudiantes; donde la  emocionalidad  actúa  como  mediador  en  los procesos   creativos,   dando    las   capacidades propias   de   estas   inteligencias   una   relevancia importante en los procesos académicos, sociales y culturales del mundo actual.

Es oportuno, mencionar que las competencias emocionales descritas por Goleman (1996): autoconocimiento, autocontrol, automotivación, empatía y las competencias sociales; y las habilidades creativas definidas por Buzan (2003): uso de ambos hemisferios, fluidez, flexibilidad, originalidad,  expansión  de  ideas  y  asociación, pueden     ser  aprendidas  y  optimizadas,  en  la medida   que   se   ponen   en   práctica   destrezas como flexibilizad, originalidad, fluidez, expresión asertiva  de  ideas  y  emociones,  lo  que  requiere un  esfuerzo  voluntario  y  de  mucha  constancia. Por  lo  tanto,  no  hay  razones  que  le  impidan  a ningún  individuo  desarrollar  o  potenciar  ambas inteligencias.

Bisquerra y Pérez (2007) señalan que las competencias  emocionales  son  “un  conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para realizar actividades diversas con un cierto nivel de calidad y eficacia” (p. 61).

Del mismo modo, Obiols (2005), indica que cuando se hace referencia a las competencias emocionales se pueden identificar dos bloques: el primero comprende las capacidades de auto- reflexión, identificar las propias emociones y regularlas de forma apropiada, y el segundo: habilidades de reconocer que los demás están pensando y sintiendo, habilidades sociales, empatía, asertividad, comunicación, inteligencia, lo que en palabras de Gardner (1983) y Goleman (1996), sería inteligencia intrapersonal e inteligencia interpersonal respectivamente.

Por  otra  parte,  con  el  uso  de  estrategias creativas   en   el   aula   de   clase   el   estudiante adquiere  un  protagonismo  mayor  que  en  las didácticas  tradicionales.  El  estudiante  construye sus  conocimientos  y  desarrolla  sus  habilidades mediante  la  búsqueda  personal  guiada  por  el docente.   Por   consiguiente,   las   organizaciones educativas, específicamente a nivel superior tienen el gran reto de formarse en competencia propias de  la  inteligencia  emocional  y  la  inteligencia creativa para a su vez formar profesionales con estas mismas competencias, que den respuestas las   exigencias   del   mundo   de   hoy.   Estas organizaciones  deben  buscar  las  herramientas necesarias para estimular la emocionalidad y la creatividad en pro del beneficio común.

En cuanto a la emocionalidad y la creatividad en procesos de aprendizaje, Caldera y otros (2018) señalan:

 

la creatividad y las competencias emocionales, variables neuropsicológicas relacionadas con la educación, son los pilares fundamentales para trabajar en las aulas de hoy en día. La formación de docentes, las nuevas estrategias, herramientas y aplicaciones metodológicas son esenciales  y fundamentales para la generación de conocimiento en el alumno. (p.36)

 

Al respecto Csikszentmihalyi (2009) manifiesta que las emociones son importantes para todo, en cualquier proceso puesto que la emocionalidad influye directamente en la creatividad, y en los procesos de compresión intelectual y en lo que se está haciendo.

 

Hacia una vinculación entre la inteligencia emocional y la inteligencia creativa

La  inteligencia  emocional  y  la  inteligencia creativa   están   estrechamente   vinculadas,   ya que  los  procesos  creativos  se  llevan  a  cabo  o se  desarrollan  mejor  en  un  estado  emocional equilibrado,  además  que  para  el  desarrollo  de ambas   inteligencias   según   lo   propuesto   por Gardner  (1983)    en  su  modelo  de  inteligencias múltiples  y  por  Buzan  (2003)  en  su  modelo  de inteligencia  creativa  se  usa  ambos  hemisferios, sin  dejar  de  lado  que  algunas  habilidades  o capacidades  de  las  personas  emocionalmente inteligentes   (Goleman;   1995)    las   personas con   inteligencia   creativa   desarrollada   (Buzan; 2003)       coinciden,    tales    como    originalidad, flexibilidad, fluidez, adecuada gestión emocional y comunicación asertiva.


 

 


 

En este texto se asume inteligencia emocional según lo planteado por Goleman (1995) quien se apoya en las teorías de Gardner y Salovey y Mayer, como  la  habilidad  para  comprender  las  propias emociones y la de los demás, lo que permitiría a cada personar gestionar de manera asertiva sus emociones, sentimientos e ideas y por ende actuar sabiamente  en  las  relaciones  interpersonales  y resolver las situaciones del día de manera asertiva. Mientras   que   la   inteligencia   creativa   es entendida  por  Buzan  (2013)  como  “la  habilidad de  tener  ideas  nuevas,  de  resolver  problemas de maneras originales y de destacar por encima de la media en lo que se refiere a imaginación, conducta y productividad” (p.14), para lo que se requiere individuos originales, flexibles, dinámicos, expresivos y coherente con sus ideas.

 

Lo que deja ver en ambas definiciones que la inteligencia emocional y la inteligencia creativa están bastante relacionadas con la resolución efectiva de situaciones, para lo cual se requiere que el individuo sea flexible, fluido  y  original, que gestione sus emociones, sentimientos, ideas y pensamientos y las comunique de manera asertivamente.

En   relación    la   inteligencia   emocional, específicamente    en    la    gestión    emocional, Goleman (1996) plantea que todo individuo debe conocer sus emociones básicas además de saber qué,  cómo,  y  cuándo  se  originan  cada una  de estas: ira, tristeza, miedo, alegría, amor, sorpresa y vergüenza.

Al respecto Buzan (2003) agrega que es importante determinar qué estados anímicos y situaciones detonan la creatividad, permitiendo desarrollar ideas creativas e innovadoras.

Lo   que   conduce    pensar   que,   según lo    planteado    por    ambos    autores,    que    el autoconocimiento de estas emociones básicas le permite  al  individuo  en  primer  lugar  potenciar su inteligencia intrapersonal, al identificar cómo y  qué  detona  en  él  cada  una  de  sus  emociones básicas; en segundo lugar, optimizar su inteligencia interpersonal, dándole prioridad a la intrapersonal, partiendo de la premisa que primero hay que conocerse a mismo, para luego poder reconocer, entender y aceptar a los demás. Y en tercer lugar, ese autoconocimiento puede conducir a entender cómo y cuándo se dan los procesos creativos.  La falta de autoconocimiento incide de manera directa en las relaciones personales, quien no se siente bien consigo mismo difícilmente se sentirá bien en su entorno y con quienes le rodean y mucho menos podrá desarrollar y expresar ideas innovadoras y creativas.

 

La inteligencia emocional y creativa en la educación de algunas regiones

En   países   como   México   la   Secretaría   de Educación Pública (1998) (citado por Duarte (1998) afirma que la educación debe favorecer actitudes de búsqueda y metodologías de investigación en todos  los  niveles  educativos  que  promuevan  la innovación con especial énfasis en la educación superior, ya que el componente innovador debe ser   aportado   particularmente   por   este   nivel educativo.

En  el  caso  de  España  Bisquerra  (2005)  y Belmonte  (2013)  exponen la  importancia  de incluir en el sistema educativo español contenidos programáticos vinculados directamente con inteligencia emocional, haciendo referencia a  la  escasa  inclusión  de  tópicos  o  actividades vinculadas  con  estos  temas  en  los  contenidos programáticos de los diferentes niveles educativos. La Unión Europea(2009) plantealaimportancia tanto   social   como   económica   del   desarrollo de competencias creativas, considerando la creatividad  como  un  valioso  recurso  humano vinculado a áreas como la economía, la educación y  al  sector  público.  En  consecuencia,  todos  los sectores deben trabajar juntos para fomentar la creatividad y la innovación


 

En  España  la  Fundación  Botín  cuenta   con el programa denominado <<Educación Responsable>> quetienecomopropósitofavorecer el crecimiento físico, emocional, intelectual y social de los ciudadanos para ello desarrolla actividades que promuevan la comunicación y la convivencia en los centros educativos a partir del trabajo con docentes, estudiantes y familias. En este programa participan colegios de Cantabria, Madrid La Rioja, Navarra, Galicia, Murcia, Castilla, León, Aragón  y Comunidad Valenciana y se ha extendido a través de convenios con diferentes organizaciones internacionales a Uruguay y México. (Fundación Botín, s/f)

En este mismo sentido la UNESCO (1998) demanda que los países poco desarrollados deben establecer estrategias en la educación superior que minimicen el exilio de la inteligencia y propicien la formación de un ciudadano crítico y creativo.

La ONU (2015) y la UNESCO (2015) en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030, establece un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene  el  objetivo  de  fortalecer  la  paz  y la justicia de manera universal, los objetivos relevantes para lo abordado en este texto son el 3 y 4, los cuales establecen lo siguiente:

 

          Garantizar una vida saludable  y  promover  el bienestar para todos y todas en todas las edades.

          Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos.

 

En Venezuela, la Constitución de la República Bolivariana  de  Venezuela  (1999)  afirma  en  su artículo  102  que  la  educación  es  un  derecho humano  y  un  deber  fundamental,  esta  tiene  la “finalidad  de  desarrollar  el  potencial  creativo de  cada  ser  humano  y  el  pleno  ejercicio  de  su personalidad en una sociedad democrática basada en la valoración ética del trabajo”. Y en el artículo 103 se afirma que toda persona tiene derecho a una educación integral y de calidad.

En Venezuela la Ley de universidades (1970) menciona en su artículo 145 que la educación universitaria estará orientada a la formación integral del estudiante. En el 146 declara  que “las universidades señalarán orientaciones fundamentales tendientes a mejorar la calidad general de la educación en el país.”

En este mismo orden de ideas UPEL (2000), principal institución educativa en la formación de docentes de este país, en sus políticas de docencia establece que la formación del profesorado será integral y habilitará acciones para la promoción de acciones transformadoras de la realidad educativa nacional y que la formación docente estará orientada al desarrollo de competencias pedagógicas cónsonas con la realidad actual, nuevas tendencias pedagógicas, enfoques e innovaciones relacionada a la praxis docente y a las investigaciones socio-educativas vinculadas a la vanguardia del conocimiento.

El diseño curricular 2015, de esta casa de estudios en sus competencias genéricas, tiene algunas vinculadas al desarrollo de la inteligencia emocional y creativa, aunque no de manera explícita, que es oportuno resaltar:

 

~ La primera  competencia  está  relacionada  con la valoración del ser humano desde sus perspectivas de acción y la segunda está directamente vinculada con el compromiso consigo mismo, con la profesión y con la sociedad. Ambas competencias contribuyen con el autoconocimiento y el desarrollo de la empatía, habilidades claves en el desarrollo de la inteligencia emocional.

~ La cuarta competencia se vincula con la capacidad de responder de manera pertinente a la problemáticas socioeducativas de su contexto  tanto  local  como   global   desde  la   investigación    como    acción    creativa  e innovadora y la décimo primera hace referencia  a  la  importancia  de  reconocer  la diversidad respetando,  elementos  como  el ambiente, el saber popular, el acervo cultural, y las creencias, generando acciones innovadoras que permitan su conservación. Lo que influye de manera positiva en el desarrollo de la empatía y la inteligencia creativa.

 

El desarrollo de estas competencias requiere que el docente en formación, se valore a mismo y a los demás, que valore y respete las diferencias de pensamiento y que además reflexione de manera creativa sobre su realidad local y global. En este sentido cobra importancia lo planteado por Bisquerra (2005), Goleman (1996) y Buzan (2003) en cuanto al desarrollo de competencias emocionales y creativas en el profesorado, de modo que estos puedan trabajar con sus estudiantes las competencias propias de estas inteligencias, sin importar cuál sea el área del conocimiento que se de este abordando.

 

CONCLUSIONES

Autores   como   Bisquerra   (2005)   y   Buzan (2003)  señalan  la  importancia  del  desarrollo  de competencias propias de la inteligencia emocional y  creativa  respectivamente.  Cada  vez  se  hace más  necesario  que  las  instituciones  educativas desarrollen programas orientados al desarrollo de capacidades personales que permitan al individuo no  solo  avanzar  en  lo  académico,  sino  que  se forme con competencias útiles para la vida, que lo conduzcan a desenvolverse de manera exitosa, con flexibilidad, creatividad, fluidez, adaptabilidad y empatía.

Sin embargo, pese a planteamientos como los de Goleman, Bisquerra y Buzan (op. cit) los sistemas educativos,  al  menos  el  venezolano  según  la experiencia docente e indagación documental de la autora, continúan dándole mayor importancia a lo académico en sus distintas áreas, pero dejando de lado  el  desarrollo  la  inteligencia  emocional y la inteligencia creativa en los estudiantes en  los diferentes niveles y modalidades del sistema educativo.

De acuerdo a los autores estudiados para el desarrollo de estas inteligencias en los diferentes niveles educativos, es necesario primero formar al profesorado, de modo que esté, sin importar  su área académica o especialidad pueda primero desarrollar en él las competencias propias de cada inteligencia para luego apoyar u orientar a sus estudiantes a desarrollarlas o potenciarlas.

 

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