La inteligencia emocional es
aquella habilidad que permite expresar y comprender las emociones propias y de quien nos rodea, esta ha cobrado gran
interés dentro del proceso educativo.
La investigación realizada es de carácter cuantitativo, su objetivo fue conocer si los docentes
de educación básica cuentan con la inteligencia emocional que los lleve a mejores prácticas educativas con sus
alumnos; usando de técnica la encuesta, con un
diseño descriptivo, se utilizó un instrumento para la recolección de
datos. La población fueron docentes
de educación básica,
con una muestra
de 90 docentes de la región centro
de Coahuila específicamente 30 de educación preescolar, 30 educación
primaria y 30 educación secundaria;
los resultados expresan que el 57% de los docentes debe mejorar su atención
pues ponen muy poca atención
a lo que sienten y expresan, el 55% no comprende adecuadamente sus estados de ánimo y 62% deben regular sus estados emocionales. Con esta
investigación se pudo determinar que los docentes de educación básica requieren trabajar tanto la atención, claridad y
reparación de las emociones para lograr un equilibrio emocional que pueda verse reflejado
en las aulas.
Palabras clave: Emociones; Inteligencia Emocional; Habilidades emocionales; Docente; Bienestar emocional
Emotional intelligence is the ability that
allows us to express and understand our own emotions and those around us. It
has gained great interest within the educational process. The research carried
out is quantitative
in nature, its objective was to
know if basic education teachers have the
emotional intelligence that leads them to better educational practices with their students;
Using the survey technique, with a descriptive design, an instrument was
used for data collection. The population was basic education teachers, with a sample of 90 teachers from the central region of Coahuila, specifically 30 from preschool education, 30 from primary education and 30 from secondary education; The results show that 57% of teachers must improve their
attention because they pay very
little attention to what they feel and express, 55% do not adequately understand their moods and 62% must regulate their emotional states. With this
research it was determined that basic education teachers need to work
on attention, clarity and repair of emotions to achieve
an emotional balance
that can be reflected in the classrooms..
Los tiempos actuales
pretenden plantear la educación
desde un enfoque
humanista en donde se tenga un esfuerzo
para que las relaciones sociales,
humanas se den adecuadamente en el medio en el que se habita.
Diferentes autores destacan su contribución por mejorar el potencial humano y como este tiene repercusiones en el proceso
educativo, Howard Gardner
desarrolla la teoría
de las inteligencias múltiples en donde nos da a conocer que los seres humanos aprendemos por medio de diferentes habilidades e inteligencias las cuales tenemos
más desarrolladas unas que otras,
mientras que Daniel Goleman también habla respecto
al aprendizaje mediante
una inteligencia, esta llamada inteligencia emocional, en donde las emociones y la autorregulación de las mismas, juegan
un papel esencial
en el desarrollo de las habilidades cognitivas que lleven a los educandos a alcanzar un éxito en la sociedad. Durante el siglo XX, se dio inicio con los estudios sobre la inteligencia emocional, Daniel Goleman
fue uno de los principales precursores de esta
teoría, y el mismo la define como la capacidad
de reconocer nuestros
propios sentimientos; sin embargo después
de sus estudios otros autores dan a conocer sus propias definiciones, complementando la teoría y definición
planteada por Goleman,
uno de ellos fue Weisinger, (Weisinger, 2001) la define
como el uso inteligente de las emociones de forma intencional, hacemos que nuestras emociones trabajen para nosotros, utilizándolas con el fin de que nos ayuden
a guiar nuestros
comportamientos y mejorar nuestros resultados.
Hoy en día vivimos
en un mundo interconectado y desafiante, el cual se encuentra en un cambio constante, en el siglo XXI se pretende que la educación
tenga un cambio ambicioso y que asegure
una educación de calidad para
las niñas, niños y jóvenes de México.
Es por ello que la reforma educativa planteada
en el año 2017 quien
fue propuesta por Enrique Peña Nieto, trajo consigo cambios que permitieron al alumno aprender por competencias y aprendizajes claves que dieran como resultado
un aprendizaje para la vida, dentro de este plan, una de las áreas a trabajar
fue la educación socioemocional, la cual se abordó en toda la educación básica,
rescatando desde aquí la importancia de la educación
emocional en el alumno, con la finalidad de que estos aprendan
a regular sus propias emociones
en las diferentes circunstancias que la vida les presente, así como
promover relaciones de manera sanas y
productivas. Con la llegada de la Nueva Escuela Mexicana
el trabajo emocional
sigue presente con el propósito de formar individuos humanos,
con un gran bienestar personal.
El trabajar las
emociones dentro de los salones de
clase, conlleva a que el alumno tenga una capacidad de atención, pueda identificar
y sobre todo poner en práctica sus fortalezas personales para poder autorregular sus emociones y estar en calma para llevar a cabo diversas actividades como aprender, jugar, estudiar, desarrollar empatía y
convivir con otros. Además de poder emprender
proyectos de corto y mediano plazo (como practicar un pasatiempo, algún deporte, etc.)
Esther Álvarez Bolaños
en el texto de la revista
“Educación Socioemocional” (Bolaños, 2020) nos menciona que la educación
socioemocional en el ámbito educativo alude al papel que juegan las emociones en el aprendizaje y el desarrollo de
competencias para la vida. Pues desde
los hallazgos de la neurociencia hoy se sabe que un cerebro emocionado es capaz de aprender de manera efectiva, ya que el aprendizaje se
encuentra estrechamente ligado a la curiosidad y la atención.
Al analizar la
importancia que dentro del plan de
estudios se le da a las emociones, se debe entender
que de la misma manera
en que los alumnos trabajan
con ella, el docente debe atender a los requerimientos emocionales personales en conjunto con el de los alumnos
generando en estos un grupo de habilidades que serán apoyo para su formación completa,
(Quijada, 2018) destaca que el educador que posee estos recursos logra una preparación que le permite a sí mismo y a los
estudiantes enfrentar situaciones de estrés que suelen ser frecuentes; el mantener una
inteligencia emocional llevará al
docente tener un éxito, pues para
lograr el anterior se debe trabajar tanto la parte intelectual como la parte
emocional.
Es decir es primordial fortalecer las habilidades emocionales que permitan tanto a docentes
como estudiantes tener determinación,
ser resilientes, perseverantes y que de esta manera pueda enfrentar
y adaptarse a nuevas situaciones de una manera creativa, mediante el
reconocimiento de su propio valor y emoción
aprenderán a respetarse a sí
mismos pero también a los demás, a expresar y autorregular emociones, rescatando reglas y respetando acuerdos, además de
manejar y resolver conflictos de forma afectiva.
El presente estudio es
una investigación cuantitativa, la
cual permitió tener un mejor entendimiento del fenómeno estudiado, el estudio se realizó
con docentes de educación básica de la región centro del Estado de Coahuila, específicamente 30
docentes de educación preescolar, 30
docentes de educación
primaria y 30 docentes de educación
secundaria. Los docentes son de escuelas públicas
del estado donde en su mayoría
existe una deficiencia en cuanto a infraestructura, materiales, etc.
Uno de los principales autores que habla respecto a la inteligencia emocional es Daniel
Goleman, este (Goleman, 1996) resalta que la inteligencia emocional es
aquel conjunto de habilidades
indispensables para poder entender,
usar y administrar nuestras propias
emociones, para Daniel Goleman, es la
capacidad para reconocer las emociones tanto propias
como ajenas y de gestionar
nuestra respuesta ante ellas, las anteriores permiten la mayor adaptabilidad de los individuos ante las diferentes situaciones que se le presentan, además de promover
la confianza y seguridad, (Goleman,
1996) sostiene que las
competencias emocionales se
encuentran divididas en dos categorías: intrapersonales e interpersonales, en las primeras podemos destacar que se refieren
a la relación que establecemos con nosotros mismos y la segunda en aquella relación que tenemos
con los demás. Sin embargo,
podemos decir que cualquier
situación debe empezar por uno mismo
y si no se logra mantener una relación adecuada
de manera personal, es muy complicado que el entorno se encuentre bien establecido.
Dentro de todo sistema
educativo se determina
que el conocimiento que se adquiere es bueno, es cuando este puede conducir
a la felicidad; la cual se puede entender como una emoción, Por dicha situación es
importante plantear que el desarrollo
emocional que se genera dentro
de las instituciones educativas, debe ser un potenciador dentro de la educación, puesto que este posibilita mejores
relaciones, capacidades para el estudio
y alternativas; por eso es
fundamental pensar en un sistema
educativo que permita tener y formar
personas emocionalmente sociales y competentes.
Según Rafael Enrique Buitrago Bonilla
(Torres, 2013), los sistemas educativos tienen la responsabilidad de incentivar procesos de educación social y emocional
para niños, adolescentes y adultos, los cuales den la suficiente atención a la naturaleza y la mente y se preocupen por enseñar el reconocimiento y manejo de las emociones, explicitando además los problemas
que conlleva reprimirlas. Es
por ello que hoy es esencial que los
alumnos y docentes trabajen en cada momento con sus emociones, la autorregulación de
las mismas será la meta para que estos puedan contar con lo que conocemos como inteligencia emocional.
En nuestros
días la nueva tarea del docente,
exige una capacitación continua y constante,
tener un conocimiento amplio en materia
de educación, así como la aplicación de
los diferentes adelantos tecnológicos que cada vez son más necesarios en el desarrollo de las actividades educativas, pues a raíz de la pandemia se han convertido en el diario vivir del proceso
de enseñanza- aprendizaje, pero a su vez el docente
debe adaptarse a las nuevas soluciones de aprendizaje, y enriquecerse por medio de experiencias con compañeros y desarrollar nuevas habilidades que les permitan
engrandecer su trabajo
y aportar a los alumnos
nuevas competencias que los lleven a un conocimiento pleno de sí mismo para poder trabajar
su ser así como su hacer, puesto
que la principal tarea del docente es impactar positivamente en la vida de los alumnos mediante su aprendizaje permanente, continuo y sobre todo emocional.
Destacando lo anterior y observando que la tarea del docente
es fundamental para los aprendizajes de los educandos
surge la siguiente hipótesis, Los docentes
de educación básica
cuentan con la inteligencia emocional
para desarrollar mejores
prácticas educativas. Esta investigación cuantitativa con diseño descriptivo tiene como objetivo
el conocer si los docentes
de educación básica cuentan con la inteligencia emocional que los lleve a mejores prácticas
educativas con sus alumnos. Los alumnos de educación básica deben contar
con una formación integral, para que esta se pueda obtener,
dentro de la formación académica se debe incluir
el desarrollo de otras capacidades humanas entre las cuales destacan las emocionales. Para (Berrocal, 2018)
Educar la inteligencia emocional de los estudiantes se ha convertido en una tarea
necesaria en el ámbito educativo
y la mayoría de los docentes considera
primordial el dominio
de estas habilidades para el desarrollo evolutivo y socioemocional de sus alumnos, por dicha situación
se retoma la importancia de que exista
el buen desarrollo de la inteligencia emocional en el docente, para
que de esta manera los alumnos puedan saber autorregular sus emociones.
Para (Berrocal, 2018)
una de las razones por la que el docente debe poseer ciertas
habilidades emocionales tiene un marcado
cariz altruista y una finalidad
claramente educativa. El resalta que para que un alumno aprenda y desarrolle las
habilidades emocionales y afectivas
relacionadas con el uso inteligente de sus emociones necesita de un completo educador
emocional pues gran parte del aprendizaje que adquieran
los alumnos durante el desarrollo de
toda su vida es el ejemplo de
enseñanza que le dan sus maestros.
Hoy en día resulta necesario pensar en tener una formación docente adecuada, basada en las emociones, desde la urgente necesidad de poder educar a todos los estudiantes con las competencias necesarias para la vida y en la vida, en donde se vea reflejado el compromiso dentro
del trabajo educativo
para obtener un desempeño de calidad que permita una ampliación formativa
de todo educando. Según (Farias, 2021) enfatiza que es notable revelar la importancia que adquiere el rol docente
en su práctica pedagógica, ya que su desempeño exige un alto nivel de sensibilidad a las emociones propias y de sus estudiantes, facilitando de esta manera una óptima calidad
de las relaciones interpersonales que se dan
al interior
de la escuela.
La metodología que se utilizó
en dicha investigación es cuantitativa, experimental, descriptiva, la cual empleó la recolección de datos y el análisis estadístico mediante una
encuesta con la aplicación de un test.
La población
de este estudio estuvo constituida por docentes de educación
básica de la zona centro del Estado
de Coahuila, México, siendo la muestra
de este estudio 90 docentes, 30 docentes
de educación preescolar, 30 de educación primaria y 30
de educación secundaria.
Para poder llevar la metodología se aplicó un instrumento, el cual consistía
en un test para de
inteligencia emocional, este instrumento
nos permitió obtener información conforme
a los indicadores de la inteligencia emocional, desarrollándose mediante la técnica
psicométrica, la cual se empleó
en el momento de aplicar el
test de inteligencia emocional cuya
finalidad es evaluar el nivel de inteligencia emocional que presentan
los docentes de esta región del estado de Coahuila de Zaragoza,
México.
Si bien es cierto
el poder conocer
la inteligencia emocional de cada individuo no es algo sencillo,
puesto que esto se convierte en
algo muy subjetivo, con base en una prueba
o cuestionarios se puede determinar la inteligencia de un individuo, dando la pauta para poder trabajar en el
desarrollo o fortalecimiento de la
inteligencia según los resultados obtenidos.
Marqués, (2017) sostiene que Daniel Goleman
propuso un cuestionario sobre inteligencia
emocional en el cual se miden tres dimensiones claves como:
Atención: Soy capaz de
sentir, así como expresar los sentimientos de manera adecuada.
Claridad: Comprendo
bien mis estados.
Reparación: soy capaz de regular los estados emocionales de forma correcta.
Este test se encuentra
distribuido en 24 afirmaciones, las
cuales se dividen en tres grupos,
para poder evaluar las dimensiones que
mencionamos anteriormente, cada uno de estos
grupos se dividen
en 8 afirmaciones, las cuales se encuentran basadas en la escala
de likert.
Los test de inteligencia son aquellas pruebas que miden habilidades,
conocimientos, aptitudes y funciones,
una de las principales características es medir la inteligencia, sin embargo,
el test de inteligencia emocional es una
herramienta de medición de las diversas áreas de la conducta
emocional de los individuos.
El tipo de instrumento
que se aplicó fue un test de
inteligencia emocional, el cual para poder
ser evaluado y reconocer el nivel de inteligencia emocional
se toman en cuenta las siguientes características.
Primeramente, es importante mencionar que los rangos a evaluar
se determinan por el tipo de sexo, femenino o masculino y estos se evalúan conforme a las diferentes dimensiones en
las que está conformada la prueba.
Marqués (2017) determina que para saber
el grado de atención emocional
se deben sumar los números
que se hayan elegido conforme a las diferentes dimensiones que anteriormente se mencionaron; e
interpretar los resultados tomando en cuenta las siguientes puntuaciones.
Si el resultado es menor que 21, significa que presta poca atención
y necesita mejorarla.
Si el resultado ronda entre 22 y 32, cuenta con una atención adecuada.
Si el resultado que se
obtiene es mayor que 33, significa que presta demasiada
atención y requiere moderarla.
Si el resultado que se
obtuvo es menor que 24, significa que
presta poca atención y necesita mejorarla
Si el resultado oscila
entre 25 y 35, sugiere que se tiene una atención adecuada
Si el resultado que se
obtuvo es mayor que 36, presta
demasiada atención, se recomienda moderarla.
En lo que respecta
a la claridad emocional la interpretación se lleva de la siguiente
manera tomando en cuenta los siguientes
indicadores.
Si el resultado que se obtiene
es menor de 25, equivale
a que debe mejorar su claridad.
Si el resultado ronda
entre 26 y 35, se
pretende que se tiene una claridad adecuada.
Si el resultado es mayor que 36, quiere decir que se cuenta con una excelente claridad.
Si se obtiene un resultado menor que 23,
la persona debe mejorar su claridad.
Si el resultado que se
obtiene se encuentra entre el 24 y 34, quiere
decir que se tiene una claridad adecuada.
Si el resultado es mayor que 35, indica que se tiene una excelente
claridad.
En la última dimensión
la cual se llama reparación de las emociones se interpreta con los siguientes datos.
Si el resultado es menor que 23, el encuestado debe mejorar la capacidad de reparación emocional.
Si el resultado que se
obtiene esta entre 24 y 35, quiere
decir que este cuenta con una capacidad de reparación adecuada.
Si el resultado que se obtuvo
es mayor a 36, denota que se tiene una excelente
capacidad de reparación.
Si el resultado obtenido
es menor que 23, significa que debe
mejorar su capacidad de reparación emocional.
Si el resultado obtenido
oscila entre 24 y 34, se cuenta con
una capacidad de reparación adecuada.
Si al realizar la suma,
el resultado es mayor a 35 se tiene
una excelente capacidad de reparación.
En esta sección,
describimos los resultados obtenidos en el proceso
de investigación, el instrumento fue aplicado a los docentes
que pertenecen a la muestra
establecida; conforme a los resultados que arrojaron los instrumentos de los 90 encuestados,
para tal efecto y la mejor
distribución de los mismos por medio de un formulario los docentes dieron respuesta a las 24 afirmaciones que establece
el test; los docentes mostraron
empatía e interés
al poder responder la prueba lo que fue una gran ventaja para el
desarrollo de esta investigación
Al tener estos datos
que se recabaron, se
procesaron los resultados, para obtener por
medio de una estadística los resultados de cada encuestado en las diferentes dimensiones claves como lo estipula
el autor, para proseguir con
la distribución de frecuencia relativa
(porcentajes) conforme se muestra en las siguientes tablas, las cuales
fueron analizadas conforme a los resultados obtenidos respecto a los diferentes sexos.
Para la elaboración de las tablas se tomó en cuenta el número de niveles
o factores de la inteligencia emocional y la puntuación
de cada uno de los encuestados conforme
a los 8 ítems que corresponde a cada
uno de los factores o dimensiones, para proseguir
con la realización de la estadística absoluta (cantidad) y la estadística relativa (porcentajes)
que nos permiten mostrar las siguientes Tablas
1 y 2.
Tabla 1. Masculino. (24 encuestados)
Tabla 2. Femenino (66 encuestados)
|
Atención Emocional |
|
|
Debe mejorar su atención presta poca atención |
54% |
|
Debe mejorar su atención presta demasida atención |
23% |
|
Adecuada atención |
23% |
|
Claridad Emocional |
|
|
Debe mejorar claridad |
52% |
|
Adecuada claridad |
30% |
|
Excelente claridad |
18% |
|
Reparación de las emociones |
|
|
Debe mejorar reparación |
59% |
|
Adecuada reparación |
32% |
|
Excelente reparación |
9% |
De acuerdo
a lo observado en los resultados anteriormente mostrados, nos damos cuenta de que existe
cierta similitud en cuanto a los resultados expuestos tanto en los instrumentos del sexo masculino
como las del sexo
femenino, pues en los 3 niveles o factores de la inteligencia emocional, el porcentaje mayor en ambos sexos, se presenta en: debe mejorar
su atención presta poca atención,
debe mejorar la claridad y debe mejorar la reparación.
Lo que denota que el docente
tiene un área
de oportunidad en el trabajo de la inteligencia emocional y que esta puede ser un factor de apoyo para su trabajo dentro del aula y
con sus alumnos.
Para una mayor apreciación de los resultados se efectuó la
siguiente tabla 3, en donde nuevamente nos apoyamos de la estadística relativa para su mayor comprensión.
Tabla 3. Femenino - Masculino
(90 encuestados)
|
Atención Emocional |
|
|
Debe mejorar su atención presta poca atención |
57% |
|
Debe mejorar su atención presta demasida atención Adecuada atención |
21% 22% |
|
Claridad Emocional |
|
|
Debe mejorar claridad |
55% |
|
Adecuada claridad |
26% |
|
Excelente claridad |
19% |
|
Reparación de las emociones |
|
|
Debe mejorar reparación |
62% |
|
Adecuada reparación |
27% |
|
Excelente reparación |
11% |
De acuerdo a la tabla
anterior, en lo que concierne al
factor de la atención emocional, el 57% de los docentes debe mejorar su atención
ya que ponen muy poca atención a lo
que sienten y expresan, mientras que el 21% debe mejorarla
ya que prestan demasiada atención a lo que sienten y solo un 22%
cuenta con una adecuada atención
respecto a sus emociones.
En lo que concierne a la claridad emocional el 55%
de los encuestados no comprenden adecuadamente
sus estados de ánimo, 26% de ellos cuentan con una adecuada
claridad y un reducido 19% con una excelente claridad
emocional.
El último factor evaluado, muestra que el 62% de los docentes
deben mejorar la reparación, es decir la regulación de los estados
emocionales de una forma adecuada, mientras que el 27% cuentan
con una adecuada reparación y el 11% restante lo hacen de manera excelente.
Los resultados de la
investigación rescatan que, en las 3
dimensiones de la inteligencia emocional, en cuanto a la atención
emocional, claridad emocional
y reparación de las emociones, los docentes tanto hombres como
mujeres requieren mejorar cada una de ellas, puesto que solo muy pocos logran tener un equilibrio entre lo que sienten, expresan,
comprenden y regulan
sus sentimientos.
Es por ello que cobra relevancia la situación de que el docente trabaje
con sus propias emociones para mantener una excelente profesionalización docente pues para poder educar es necesario saber,
siendo este último el que
lleve a trabajar el ser, y para poder
educar y enseñar
adecuadamente el docente
precisa “ser”, para poder lograr en los
alumnos, las competencias indispensables en
la vida. Dicho lo anterior se destaca la relevancia
de trabajar la inteligencia emoción pues
el docente que la trabaje en el
mismo, y lo lleve a las aulas
continuamente va a ser un ejemplo
de constante profesionalismo, empatía y promotor
de emociones sanas.
El trabajo
y la integración de cada una de estas dimensiones de la inteligencia emocional permitirán que el docente
tenga un éxito profesional,
si bien el docente esta consciente de la importancia que tiene el desarrollar
su propia inteligencia emocional, los resultados nos dan a conocer que hoy en día faltan acciones para concretar un equilibrio emocional en los educadores.
Los resultados de la investigación demuestran que hoy en día los docentes
no regulan adecuadamente sus emociones,
puesto que aun requieren trabajar
su inteligencia emocional, en cuestiones de género
conforme a los resultados evaluados, se
puede comprobar que las mujeres regulan mejor sus emociones, tanto su atención,
claridad y reparación emocional.
Se dice que cuando existe una inteligencia emocional alta, se incrementa la inteligencia social. (Mendoza, 2018) afirma que los profesores con mayor inteligencia emocional transmiten una elevada sensibilidad hacia los procesos enseñanza- aprendizaje de
calidad, aunado a que cuentan
con determinadas características personales que integran
su personalidad y que estos pueden ser gran aliado
para el aprendizaje de sus alumnos.
Los resultados sugieren
que el docente debe estar en constante
actualización y trabajo
emocional que lo lleve a establecer un equilibrio entre
los diferentes niveles
o factores de la inteligencia emocional, lo anterior
propiciara en el maestro el establecimiento de mejores relaciones sociales, familiares, bajar sus niveles de ansiedad, pero sobre
todo establecer mejores
prácticas educativas.
La praxis de la
inteligencia emocional en los alumnos
requiere de un trabajo previo
en el docente, pues si este no cuenta con un
conocimiento de sus propias emociones, difícilmente
podrá promover unas emociones adecuadas para sus alumnos.
Con base en lo analizado e integrando los resultados obtenidos con la
metodología desarrollada, se puede
decir que la hipótesis planteada al inicio de la investigación confirma que el
docente no cuenta en su totalidad con el desarrollo de la inteligencia emocional que le
permita mantener un mejor espacio dentro
del aula. El docente debe trabajar con atención
a sus emociones y sentimientos, para que puedan
regularlos adecuadamente.
Finalmente los autores (Montecino, 2019) respaldan
que el desarrollo de la Inteligencia Emocional es algo fundamental para potenciar el éxito académico, así como para formar estudiantes preparados y capaces de llevar
una educación integral, mientras que (Hernández,
2021) destaca que los desafíos de la educación
son cada vez más relevantes, provocando en los educadores mucha inquietud, por ello al poner en práctica
la inteligencia emocional en la escuela, permitirá que los estudiantes y profesores tengan un mayor manejo sobre sus aspectos emocionales.
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